Por César Alonso
Es recurrente que no tengamos agua con normalidad por nuestras tuberías. Eso no es nuevo y pareciera que se convierte en algo que es percibido por el ciudadano como «normal».
Lo propio sucede con el servicio del gas que solo puede ser adquirido en los llenaderos que crearon y que es notable precisar que desde hace mucho tiempo no tienen distribución a domicilio lo que obliga al ciudadano a tener que ir hasta estos llenaderos con los costos adicionales que deben ser cancelados como lo es el transporte.
Mientras esto sucede se genera un gran negocio con la venta de agua donde los costos son en dólares como prácticamente lo es todo en nuestro país. Llenar un tanque de 2 mil litros de agua son 30 dólares y así pueden hacer el cálculo de cuánto se paga dependiendo los litros que necesiten.
No hablamos de quién tenga un camioncito para surtir agua y con eso se ayude sino de aquellos que tienen cantidades de cisternas que ejercen un monopolio perverso con el agua.
Arrecia la situación y es asqueante si funcionarios públicos están involucrados en estos mega negocios.
